miércoles, febrero 28, 2007

De pueblos II

El segundo pueblo del que quiero hablar es Ólvega. Está en Soria, a los pies del Moncayo. Allí han denunciado lo siguiente: les roban las nubes...
Cuando lo oí por primera vez, me pareció algo poético, surrealista, mágico. En seguida lo relacioné con una película "El cielo gira" maravillosa, preciosa, pequeña y grande a la vez. Micro y macro. En ella se habla de un pueblo soriano que se está despoblando y de un pintor cuya vista está desapareciendo.
Sin embargo, el problema es otro, mucho más terrenal y casi diría que sórdido, cuando menos, muy inquietante.
Cada vez que los agricultores de Ólvega y de otros pueblos de la misma zona divisan con esperanza la llegada de nubes en el horizonte... aparecen unas avionetas misteriosas que, según dicen, disparan un metal: yoduro de plata.
Parece un cuento aterrador de Stephen King o un relato futurista de Asimov y, desde luego, si se lo han inventado, tiene su mérito.
Resulta que el yoduro de plata hace que las nubes se disuelvan (mi hermano me dió la explicación física del fenómeno: el metal altera la carga negativa que hace que se formen las nubes) y, en consecuencia, no llueve. Por lo visto, este sistema se empleaba en tiempos de Franco para evitar que las granizadas dañaran las cosechas.
Hay varias teorías sobre las mentes que han ideado esto y las razones que las han llevado a hacerlo, pero todo se dice de forma velada: que si son aseguradoras para evitar pagar los daños ocasionados por la pedriza, que si son las fábricas de coches que tienen vehículos a la intemperie en grandes descampados, que si son las empresas hortícolas...
La cuestión es que cada vez tenemos menos agua y más calor, más insectos y menos lluvia, y, si lo del robo de nubes es verdad, estamos ante una temeridad y un despropósito.
Si te ha picado la curiosidad, en este blog hay información muy completa.

de pueblos I

Sí, voy a hablar de pueblos. De dos, en concreto.
El primero es Riópar, un pueblo de la Sierra del Segura. Hace unas semanas, alguien me pasó unas hojas impresas de esta dirección y la historia me cautivó en seguida.
Me ha interesado tanto el tema, que al final he averiguado que, en realidad, lo que leí era la transcripción de un artículo que se publicó en LA VANGUARDIA Texto y fotos Eugeni Casanova. DOMINGO, 12 NOVIEMBRE 2006.
Es un pueblo donde hasta hace pocos años aún quedaban personas que, prácticamente sin saberlo, conservaban palabras, costumbres, vestimentas islámicas y una entonación característicamente árabe. Por supuesto, el texto está lleno de detalles, datos, anécdotas, recuerdos y hechos muy curiosos.
Te recomiendo su lectura... No sólo por lo que nos cuenta sobre nosotros mismos y nuestra historia..., sinó por el misterio que encierra, el misterio de los legados que fueron y desaparecieron, que se desfiguraron pero se mantuvieron por el tesón y el apego a los suyos, a lo suyo, de algunas personas. También habla de secretos, de sufrimiento, y de intereses geopolíticos.
Es sabido que en Murcia y Albacete hubo moriscos, y que sólo se fueron cuando les expulsaron por la fuerza. También sale en el Quijote el morisco de Ricote. Lo que yo no sabía es que hay ritos, frases y costumbres que aún perduran o que han perdurado hasta hace muy poco.
Ojalá esto que casi, casi, hemos tenido al lado no desaparezca para siempre ni caiga en el olvido. El consuelo, en todo caso, es que muchas cosas han vuelto, de otra forma y por otros motivos, pero estamos en una época simétrica a aquella en la que había trujamanes y personas bilingües en árabe y castellano.