viernes, diciembre 15, 2006

El espíritu de la Navidad

En los dólmenes más grandes
que existen y que están cerca de aquí,
hay presencias misteriosas,
habitantes de otro tiempo,
que esperan para dirigirse a ti,
revelarte los secretos.

Por la noche hay una fiesta
privada en el jardín,
han venido los monjes Shaolin
con la pócima sagrada
que te hace sonreír.
Si te vienes es donde quiero ir.

En las copas y en las mesas
refrescos bendecidos por Alá
y manjares deliciosos.
Los espíritus del bosque
que van a descubrirte la verdad,
lo que estabas esperando.

Además de todo esto,
te puedes encontrar
a valkirias que van a disfrutar,
en los brazos del primero
que se atreva a cruzar
los umbrales de esta nueva realidad.

A la hora de la siesta,
un coro de sirenas cantará
con sitares y trompetas
las canciones más bonitas
que nadie haya podido escuchar
en los últimos milenios.

Y después cuando anochezca,
si esperas al final,
voy a darte un beso de verdad,

donde acaba el arco iris

y empieza lo demás.
Si te vienes es donde quiero estar.

Donde empieza el infinito y acaba la espiral,
si te vienes es donde quiero estar



Los Planetas


He resaltado en negrita palabras que para mí evocan cosas familiares para los dos: Dólmenes por Baleares; Alá por el árabe; el arco iris como símbolo de diversidad sexual y de paz. Pero hay otros versos que me hacen sonreír como las pócimas sagradas. Espero que a ti también.

Brindo por una Navidad pagana, mágica. Porque también es magia potagia el cuento de un niño nacido de una virgen. Qué bonita es la imaginación. Ojalá las mitologías actuales (que no otra cosa son para mí las religiones) se contemplen en el futuro como hoy vemos las pasadas. Qué hermosura y pureza empaparían las historias de la Biblia si la gente las tuviera sólo por fábulas. Serían tan bellas o intrigantes como las de Zeus, las valkirias o la existencia de sirenas.