jueves, abril 05, 2007

A pata coja

Hola Myriam,

Supongo que estarás un poco decepcionada: no he escrito nada en marzo y hace días que no te contesto. Para lo primero no tengo más excusa que el habitual estar ocupado (esta vez, por las entregas de la UOC). Para lo segundo, en cambio, sí cuento con una explicación más justificable: he pasado una semana en Chicago. Volví ayer, y sigo con jet lag (¿no ves a qué hora escribo?). Pero aún hay más: estoy de baja. Esto creo que va a tener algo positivo también, aparte de los esperables inconvenientes que va a conllevar. Sin ir más lejos, al no trabajar hoy puedo dedicarme a escribir aquí. Y creo que lo podré hacer más tranquilamente en los próximos días. A ver qué me dice el doctor. Por lo pronto, ya tengo la experiencia de pasar por Urgencias en un hospital norteamericano. Por cierto, no vi a George Clooney, pero mejor: me atendieron doctores y enfermeras de origen asiático, africano, chipriota y armenio. Qué bonito. Eso sí que es un aspecto positivo de su cultura. La política exterior, sin duda, no es uno de sus fuertes, pero hay que reconocerles lo bueno.





De entre todas las fotos que he hecho, sobre todo de edificios, he elegido una más humana. Es la Crown Fountain, diseñada por el escultor barcelonés Jaume Plensa. Se trata de dos enormes pilares como el de la imagen en los que se ven caras filmadas de oriundos de la ciudad. Estas caras se van moviendo con naturalidad y lentitud, normalmente hacia la sonrisa. En verano, de sus bocas sale agua, que cubre la explanada. Me encantaría verlas funcionar, pero aun así me impactó la relevancia que este monumento reserva a las personas de a pie en medio de tanto mastodóntico (aunque hermoso) rascacielos.



¡¡¡He leído tus posts y me encantan!!! Pienso dedicarle algo de tiempo a esto. He decidido escribir a pata coja.