miércoles, junio 28, 2006

Ya estoooooy aquí


Por fin, después de la vorágine de fin de curso (que todavía está dando los últimos coletazos), he podido acceder a mi cuenta en blogger.

La cuestión era que me había olvidado de mi nombre de usuario y no he podido llegar aquí hasta que he dado con él.

Antes de nada más quería disculparme con el autor, patrocinador e impulsor de este blog por no haber intervenido antes. También quiero agradecerle que me haya dado la oportunidad de participar activamente en este proyecto de unir dos orillas, de acercarnos aunque estemos lejos, de plasmar experiencias juntos.

Quiero empezar con buen pie y por eso he puesto encima de todo la foto de un lugar que me parece mágico. Manolo me trajo recuerdos de él el fin de semana pasado cuando estuvo en Menorca. Y lo digo así, en turquesa, porque ese es el color predominante en las playas y las calas de esa isla (hasta que las embarcaciones privadas y la contaminación lo permitan).

Estuve en Menorca hace mucho, mucho tiempo, y el año pasado volví con Melchor. Recorrimos la isla en coche y también exploramos muchas playas de esas a las que sólo se puede llegar andando.

El sitio de la foto es casi sobrenatural. Los colores que se ven son los mismos que se veían en el momento en que se tomó la foto: parecen transformaciones y mezclas de colores puros, diferentes entre sí y a la vez complementados de tal modo que forman una amalgama uniforme y resaltan unos sobre otros. También está el silencio. Se puede ver si se tiene un poco de tiempo. Impregna las rocas, las plantas, el aire...

En los alrededores hay un faro. Es el final de una tierra que parece que quiere salirse de este planeta. También hay una playa de piedra roja, la más bonita de las que ví, aunque no sea la más visitada o precisamente por eso.

No puedo añadir nada más. La imagen habla por sí sola.
Hasta pronto.