viernes, septiembre 22, 2006

Suomi II: De Helsinki

De la capital, relativamente moderna, destaco su vida y la sorpresa que para nosotros fue su sol, por no hablar de la maravilla de VANHANKAUPUNGI, la reserva natural situada a 5 minunos a pie del piso de Antonia. Pero también parte de su arquitectura, y sus maravillosas aguas. El mar entra en la ciudad y ésta, a su vez, parece salir también hacia él. con lo que pareces estar rodeado no sabes muy bien si de agua salada por todas partes o de lagos. La sensación, sin duda, es agradable.

En la foto se ve la catedral luterana, simple pero de un intenso color blanco y cierta omnipresencia en la ciudad. También en el puerto, había un gracioso mercadillo. En estas fechas estaba invadido por guiris como nosotros (¿por qué hay tantísimos españoles en Finlandia en verano?), pero voy a rescatar los establecimientos de venta de pescado, cocinado, crudo o ahumado. Como muestra, esta foto:


Y puestos a hablar de productos del lugar, no podemos seguir sin mencionar las bayas, esas frutitas rojas y silvestres. En Finlandia la hay de muchos tipos, y en muchos casos no conseguimos saber las traducciones al español o al inglés. La más rara, para mí, era la lakka, cloudberry en inglés, frutita con forma parecida a la mora, pero naranja y de peculiares aspecto y sabor. Qué nombre tan bonito para una fruta: baya de las nubes... Inspirador, ¿no?
Mirad, vamos a acabar la visita a Helsinki con este puestecido de venta de bayas, que se encontraban en todas las ciudades en las que hemos estado: